un poco de humor

Lilia | 19.10.2011

Romualdo siempre fue muy servicial y educado.
Un día va caminando por la calle cuando de repente
cae al suelo con un fuerte ataque al corazón y se muere.
Como toda buena persona, Romualdo va al cielo.
Le abre la puerta San Pedro:

- Bienvenido seas, hijo mío.
Romualdo le contesta:
- Oye Santo, yo no debería estar aquí todavía...
- ¿Por qué hijo mío?
- No estaba preparado.
Dejé a mi familia en mal estado y quisiera volver a arreglar
ese asunto antes de venir definitivamente. Por favor,
déjame regresar unos momentos a mi casa.
- Puedes regresar, hijo, pero únicamente convertido en un animal doméstico.
Romualdo se queda pensativo unos segundos y dice:
- Está bien, regresaré en forma de gallina, ya que en mi casa tengo varias.
Llega a su casa convertido en una hermosa gallina de plumas blancas y cresta bien roja.
Al caer en el gallinero las otras gallinas quedan
asombradas y se le acercan formando una rueda,
diciendo cosas muy bonitas de la recién llegada.
Pero como en todos lados, siempre hay una gallina envidiosa:
- Tienen razón, es muy bonita, pero probablemente, no pueda poner ni un solo huevo…
Romualdo queda asombrado por el comentario,
y en ese momento todas las gallinas empiezan a gritar:
- ¡Que ponga un huevo...! ¡Que ponga un huevo...!
Romualdo, asustado empieza a pujar hasta que de repente,
y para su asombro, pone un huevo enorme.
Todas las gallinas lideradas por la envidiosa, gritan eufóricas:
-¡Que ponga otro...!, ¡Que ponga otro...!,
Romualdo, muy emocionado sigue empujando hasta poner otro huevo.
Las gallinas, ya en el colmo del paroxismo, gritan a coro:
-¡ Otro más! ¡ Otro más ! ! ¡ Otro más ! ! !
De repente, aparece Sofía, la esposa de Romualdo y sacudiéndolo le grita:
-¡ Romualdo, despertáte ...! !
¡ Te estás cagando en la cama...!!!

Nuevo comentario