Cianuro

GABRIELA | 05.10.2011

Una respetable dama entró a la farmacia, se dirigió al boticario, lo miró a los ojos y le dijo:

- "Quisiera un poco de cianuro, por favor"
El boticario preguntó: "¿Para qué demonios necesita usted el cianuro?"

La dama contestó:

- "Lo necesito para envenenar a mi marido"

El boticario peló los ojos y exclamó:
-"¡Pero por Dios santo! no puedo venderle cianuro para envenenar a su marido, eso es contra la ley humana y la divina me quitarían mi cédula de farmaceutico y nos meterían a ambos a la cárcel, ¡absolutamente NO!, no voy a venderle cianuro".

La señora entonces muy relajada y tranquila abrió su bolsa y sacó de ella unas fotos de su marido con la esposa del boticario haciendo el amor en la alcoba de un motel.

El boticario miró una de las fotos y respondió:

- "¡Ah, bueno.. con receta sí!"

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